Se acerca una noche tan esperada como temida, acechan preguntas como…
¿Qué hacemos?
¿Dónde vamos?
¿Qué me pongo?
La preparación puede comenzar un mes atrás o más, y es que parece que sino haces algo especial o te vas de fiesta salvaje no eres nadie, a veces da la impresión de que es más importante el contarlo después que la noche en sí.
Como en muchos otros aspectos tendemos a dejarnos llevar por la multitud y por la moda. Nos venden que hay que tener una supercena y ¡ojo que no falte el marisco! El número de personas también es importante, no vaya a parecer que no se tiene amigos.
Pero sin duda, lo más característico es la fiesta de después. Las calles se llenan de carteles prometedores, miras en Internet y hay un mundo de posibilidades, de opciones deslumbrantes para la gran noche: ¿una noche de rave en el Sahara? ¿Que tal una fiesta de singles donde no conoces a nadie? ¿Un baile de máscaras al estilo veneciano? ¿Una noche de aparentar y derrochar el dinero en el ateneo?...
Todo conduce a una noche frívola, donde solo se gasta dinero, se intenta parecer el/la más feliz y el/la más divino/a. Porque no puede faltar el buen esmoquin o ese traje de marca en el caso masculino, y qué decir del femenino: un vestido sexy, supuestamente elegante, que no nos volveremos a poner.
Debo admitir que el esfuerzo comunicativo es enorme y, en parte bienvenido sea, ya que algunas esperamos en un futuro poder vivir de esto. Sólo que, aunque sea tirar piedras a mi propio tejado, debo decir que me da pena que a veces la superficialidad este por encima del contenido.
No creáis que hago apología de quedarse en casa, o que soy como el Grinch pero con la nochevieja. Lo único que pretendo es que todos pensemos un poco antes de lanzarnos a seguir los convencionalismos impuestos: busquemos aquel plan que verdaderamente nos haga felices, anticipemos la calidad a la cantidad, dejemos un poco las apariencias a un lado.
Y hasta aquí mi pequeña reflexión sobre estas fechas tan populares. Sea lo que sea lo que elijáis hacer ¡disfrutadlo! =D
Feliz 2009, mi abuela quiere mi ropa.
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1 comentario:
¡¡Me ha encantado este Post!! de verdad, ¡¡¡NO PODRIA ESTAR MÁS DE ACUERDO!!! La noche vieja con todas estas presiones y neo-
convencionalismos pasa a ser una noche de presión en que parece ser que hay que pasarselo mejor que nunca. Para luego llevarte un chasco, por que has puesto el listón muy alto a una noche que puede que no supere a una noche cualquiera del año.
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