Sexo en Nueva York fue una exitosa serie que comenzó en los años 90 y que contaba la vida de cuatro mujeres de La Gran Manzana. La protagonista Carrie Bradshaw, escribe una columna en el periódico ficticio New York Star, donde habla sobre hombres, relaciones… siempre inspirándose en lo que historias que ella o sus amigas han vivido.
La serie no sólo es famosa por su trama sino también por los estilismos que lucen las protagonistas y que describen sus caracteres a la perfección:
• Carrie, la protagonista, es una fanática de los clubs, restaurantes y bares de moda y una amante de la moda, sobretodo de los zapatos (los Manolos siempre se asociarán a esta serie). Busca el amor, que al final encuentra en Mr. Big, aunque esta relación le produce más de un quebradero de cabeza ya que rompen en varias ocasiones.
• Charlotte, es la más puritana de las cuatro, proviene de una familia acomodada, lo que se nota en sus buenos modales y su ropa recatada. Busca al hombre perfecto, con quien casarse y formar una familia, cuando lo encuentra se da cuenta de que lo perfecto muchas veces no es tan perfecto y al final acaba casada con un abogado con el que adopta a una niña.
• Miranda, es la más independiente, busca un hombre pero no está dispuesta a perder nada por conseguirlo. Está en la cresta de su carrera profesional, es abogada, un duro mundo para una mujer por lo que no está dispuesta a darles razones a sus colegas para que la consideren inferior, lo que le supondrá tener que sacrificar muchas relaciones. Su look se va suavizando conforme pasan las temporadas, en las primeras tiene un estilo muy masculino.
• Samantha, es la más liberal, siempre consigue escandalizar a Charlotte con sus comentarios, necesita tener un hombre a su lado aunque sólo sea para que le de una noche de pasión ya que es contraria al compromiso, no está dispuesta a que su vida gire en torno a otra persona que no sea ella misma.
En la serie se presentan muchos códigos relacionados con el mundo de las mujeres y los tópicos que conlleva, llegando en ocasiones a ser un poco machista. Las protagonistas se pasan toda la trama buscando al hombre ideal, según los criterios de cada una, el marido perfecto o el sexo perfecto, el caso es tener un hombre al lado. Otro de los tópicos que se tratan es la adicción de las mujeres a la ropa y, en especial, a los zapatos. Carrie a menudo tiene problemas con su tarjeta de crédito por pasarse del límite, debido a su obsesión por adquirir más y más zapatos de firma. Sin embargo, creo que tratan los temas de manera exagerada, aunque al fin y al cabo ¿no es eso lo que hacen en todas las series, películas, realities, etc.? La televisión es espectáculo y como tal nadie debería ofenderse ni tomarlo enserio. A la mayoría de mujeres nos gusta la ropa, sí, ¿para qué negarlo?, pero no a TODAS, de la misma forma que no podemos decir que a todos los hombres les gusta el fútbol. En la serie, las cuatro mujeres están al tanto de las últimas tendencias, no sólo en cuanto a ropa, también van a los lugares más cool de Manhattan.
Para concluir cabe decir que hay muchas series que tratan de reflejar la “realidad”, pero lo hacen siempre exageradamente. Otro buen ejemplo lo tenemos en numerosas series españolas dirigidas a adolescentes como, Física o química o las desaparecidas Al salir de clase y Compañeros, éstas tratan de contar la vida de los jóvenes, pero siempre exagerando. En el caso de Sexo en Nueva York, se trata de contar la vida de cuatro mujeres triunfadoras, de cómo ven la vida, las relaciones, el sexo, el amor… A raíz del éxito de esta serie surgieron otras con temática parecidas, éste es el caso de Mujeres de Manhattan o Cashmere Mafia, dos series que giran en torno a un grupo de mujeres con carreras de éxito que tratan de conciliar la vida sentimental sin dejar de lado lo profesional. El eterno dilema ¿es capaz una mujer de atender una familia a la par que un puesto de cierta relevancia en una empresa? Pero este tema daría para mucho y no viene al caso.
Mujeres de Manhattan
Casmere Mafia
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